Uno de los procesos más dolorosos
que afrontamos en nuestra vida sucede
cuando nos enfrentamos a una separación.
Generalmente es un proceso donde
salimos lastimados y/o causamos grandes heridas a ese ser tan maravilloso que
un día decidimos que amaríamos por siempre, aquella persona a la que nos
unimos llenos de ilusiones, de sueños y proyectos. Pero resulta que en la convivencia
nos damos cuenta que nunca nos prepararon para afrontar con recato y amor, tanto propio como de pareja, las
contrariedades que trae consigo la convivencia con ese ser perfecto, idealizado,
maravilloso y caído del cielo que decidimos amar y que luego se convierte en el
dueño no de nuestra ilusión sino de nuestro desamor por un cúmulo de acciones
que juzgamos inadecuadas que conllevan a un disgusto tras otro. Nada
es más insano que eternizar innecesariamente un disgusto.
Pero te digo; no hay porque salir
lastimado de una relación de pareja que termina, si durante el tiempo que decidió querer a su pareja dio todo lo humanamente posible de usted mismo para ser generador de felicidad, si durante ese tiempo usted decidió ser mejor
persona y lo fué, si hizo todo lo que estaba al alcance de su mano para seguir
una vida en pareja juntos y aun así y definitivamente usted o su pareja no
quiere estar juntos ¡retírese¡ y hágalo a tiempo sin lastimarse ni lastimar a
ese ser que lo acompañó durante algún tiempo y de seguro fué feliz.
La mejor manera de que una separación
no sea dolorosa, es entender que al
igual que el unirse, el separarse es una decisión personal que involucra a otro;
única y exclusivamente a su pareja. Es entender
y aceptar que todos los seres humanos necesitamos y tenemos derecho a ser
felices y si esa felicidad definitivamente no la encontramos en la pareja o no somos generadores de felicidad es mejor retirarse a tiempo que seguir
acumulando frustraciones y amarguras.
Aunque toda separación trae consigo
un cambio y los cambios por lo general son dolorosos, no tienen que serlo para
siempre, supérelo, despierte y ámese; acepte que al igual que usted le aportó a
su pareja, ella también le aportó a usted, sea agradecido por todos y cada uno
de los momentos vividos juntos desee felicidad, abandone la dependencia, el egoísmo
y el rencor, alimente y construya una vida feliz, llénese de buenas intenciones
y envié amor, mucho amor.
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